27 Nov ¿Cuánto pagarías por tener acceso a Facebook?
A algunos nos puede parecer curioso ver que Google, Facebook y muchas de las grandes empresas de Internet suelen ofrecer sus servicios de una forma gratuita. Cabría pensar que es debido al talante de esta nueva generación de emprendedores; jóvenes que han cambiado el traje por la sudadera y que dejan a entender que hay cierto componente social detrás de sus proyectos. Sea eso cierto o no, el caso es que están ganando más dinero regalando su producto. Para entender esto, hay que entender primero cómo las leyes de la oferta y la demanda fijan los precios. Planteémonos la siguiente pregunta:
¿Si Facebook no fuera gratuito, cuánto estaríamos dispuestos a pagar por tenerlo?
Probablemente bastantes aceptaríamos pagar una pequeña cuota mensual para estar conectados con el resto de usuarios a través de esa red social, ¿Pero qué pasaría si fuera poca la gente que usa Facebook?
Pues muy probablemente nuestro precio de reserva sería mucho más bajo: no nos saldría a cuenta pagar porque habría pocas personas con las que interactuar.
Este efecto que tiene el tamaño de una red en el precio al que se puede vender es lo que se llama una externalidad de red y se puede resumir de esta manera: cuanto más grande sea la red más gente estará dispuesta a pagar para acceder a ella. Lo más curioso sobre este efecto es que cuando una red no tiene ningún usuario, ésta carece de valor y pocos gastarían su dinero para formar parte de ella (ver al final del post una explicación más detallada sobre el proceso de crecimiento y maduración de una red social).
Es por eso que muchas de las grandes redes sociales (fijaos que no suele haber redes pequeñas que aguanten mucho tiempo) que se han hecho un hueco en el mercado han empezado siendo, en cierta parte, gratuitas; de lo contrario difícilmente habrían crecido. Puede que Spotify nunca hubiera triunfado si hubiera obligado a pagar por su uso desde un principio.
Una de las grandes revoluciones asociadas a las nuevas tecnologías ha sido el cambio en la forma en la que las empresas fijan los precios de los servicios que ofrecen. Pensemos en Google: ¿Qué ofrece? – entre otras muchas cosas, la posibilidad de encontrar cualquier información en Internet. ¿Cuánto cobra? – Nada. Google ofrece un servicio y vende una red. Nadie paga por buscar, por eso tiene tantos usuarios; que son lo que en última instancia buscan las empresas anunciantes que le proporcionan sus enormes beneficios.
Para terminar me gustaría dar este consejo a emprendedores: es mejor tener una red que una buena idea. El mayor valor de un servicio por internet puede ser el tamaño de su comunidad de usuarios, y éstos no van a querer pagar para usar una red vacía.
Si os interesa el tema os recomiendo este artículo sobre los efectos de red de Antonio Matarranz (vale mucho la pena todo el blog, es genial) dónde analiza con mucho más detalle (y sobre todo rigor) este tema.